Carne de Cerdo
Hay dos tipos de cerdo, el blanco y el ibérico. El blanco supone un mayor rendimiento y su carne es más magra. El Ibérico se alimenta de bellotas y se cría en el monte, se utiliza para embutidos y su carne es muy cotizada y apreciada.
Desde el punto de vista nutricional, la carne de cerdo es una de las más apreciadas.
Clasificación según su denominación:
- Solomillo: Pieza pequeña y de excelente calidad, incluso se puede filetear para escalopes y filetes.
- Magro: Proviene de cualquier masa muscular, siempre que su volumen permita sacar trozos grandes. Carne optima para picar, filetes plancha y carne rebozada.
- Costillar: Procede de las costillas bajas o sin lomo, se utiliza para guisos y estofados, de color rojo claro y grasa blanca.
- Panceta: Materia prima del bacon, tiene una categoría baja por la gran cantidad de gasa, aunque apreciada por el consumidor
- Patas: Las manos y los pies no tienen carne magra y tejido rico en colágeno.
- Pescuezo: Generalmente se utiliza para la elaboración de embutidos frescos cocidos, como las salchichas. Dada la gran cantidad de tocino que posee.
- Lomos: Lomos y chuletas de color rosado pero cortado de distinta manera. Localizado el lomo a ambos lados de la columna vertebral.
- Cabeza: Los sesos poseen un alimento exquisito, rico en vitaminas y fósforo, pesa unos 200 gr. La lengua pesa unos 300 gr.
- Codillos: Localizado en la parte baja de las patas, entre los pies y las manos, el pernil utilizado para la elaboración de jamón. Compuesto de carne magra en cantidad y rico en colágeno.
- Papada: Compuesto de tocino con poco grosor, se suele incluir en los fiambres de cabeza.